Todos nos hemos sentido apasionados por ver algo de normalidad, esperando el fin del COVID-19 y el regreso a la “nueva normalidad”.
Sin embargo; uno de los principales desafíos para las empresas es encontrar la forma de navegar con éxito la pandemia, al tiempo que se prepara para lo que viene después. Aunque el COVID-19 persiste y muta, las vacunas y otras precauciones hacen que sea más fácil que más personas vuelvan a sus puestos de trabajo.
Primer paso
El primer paso para que lo empleados regresen a su lugar de trabajo es garantizar que cumplen con las normas gubernamentales.
Los gobiernos de todo el mundo tienen diferentes normas y medidas para garantizar la protección de su personal y su economía. Esto puede incluir programas de vacunación, uso de mascarillas faciales, estaciones de desinfección de manos y controles de salud regulares.
Los empleados también deben conocer los síntomas generales de COVID-19. Aunque no todas las personas infectadas presentan estos síntomas, como la falta de respiración o una transmisión continua, una temperatura de 38,0°C (100,4°F) o superior es un buen signo de que el individuo necesita una prueba DE COVID-19.
Segundo paso
El segundo paso es asegurar que los espacios compartidos no sean áreas de transmisión. Lo idóneo es que los empleados tengan terminales de trabajo individuales, de manera que haya menos oportunidades de que los equipos, incluidos los teléfonos y los equipos de cómputo, sean utilizados por más de una persona.
Cuando esto no sea posible, el equipo se tiene que desinfectar antes y después de cada uso. También se aconseja a las empresas y a los empleados que incluyan en sus hábitos una desinfección rutinaria, que incluya soluciones de esterilización, jabón y agua, incluso si una persona sólo usa un lugar de trabajo.
Dependiendo del tipo de trabajo, las máscaras faciales o cubrebocas pueden estar exigidas por ley. Incluso si no son obligatorias se recomienda usarlas. Los empleados deben esperar que se les proporcione la formación apropiada en materia de EPP y otras relacionadas.
Las empresas también están implementando la integración social de manera cuidadosa. Por lo general, se recomienda no acercarse más de dos metros (seis pies) entre personas para reducir la propagación de COVID-19. Una forma clave de fomentarlo es mediante horarios de trabajo flexibles, cambios de horarios o rotaciones.
Los espacios de trabajo físicos también pueden adaptarse para crear más espacio entre los empleados o, si las limitaciones físicas del edificio hacen que sea difícil ampliar la distancia entre los trabajadores, los divisores de plástico pueden usarse para crear una barrera.
Ningún negocio desea ser responsable de un brote. Aunque las empresas necesitan liderar la creación de entornos de trabajo seguros, los empleados deben dar los pasos adecuados para garantizar que, sus colegas y familias siguen siendo sanos.
Los empleados deben:
La pandemia por COVID-19 ha afectado a todas las empresas de manera diferente, pero hay aspectos habituales de cómo pueden recuperarse, renovar y reforzar su negocio.
Ofrecemos una exhaustiva gama de servicios para ayudar a las empresas a navegar las dificultades en torno a COVID-19.
A partir de crear un entorno de trabajo seguro, evaluamos de forma independiente los procedimientos de limpieza y desinfección. Las organizaciones que aprueben el marcado control de limpieza desinfectada demuestran a las partes interesadas que su negocio se centra en protegerlos.
Nuestros inspectores pueden evaluar el entorno de trabajo para asegurar que se han se apliquen de manera adecuada las prácticas de gestión empresarial con el fin de cumplir con las regulaciones seguras del entorno de trabajo.
Una vez que los empleados vuelven al trabajo de forma segura, también podemos ayudar a las empresas a desarrollar estrategias de continuidad eficaces para minimizar los periodos de inactividad al tiempo que se optimiza la recuperación.
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